miércoles, 14 de septiembre de 2016

CONSECUENCIAS DE VISITAR LA INTERNET PROFUNDA

Esta es un entrevista realizada por el periódico El Deber a jóvenes que relatan su experiencia revisando estos sitios.


Los jóvenes entran por curiosidad, así lo sostienen Sergio (16) y Mauricio (22), quienes tuvieron la experiencia de navegar en las aguas turbias de la DW. Para Mauricio, sumergirse en estas páginas fue desagradable. “Vi cosas muy fuertes. He tenido la oportunidad de ver videos catalogados como muy violentos y, a la larga, ver eso te daña la mente y es irreversible. Ese momento uno no sabe cómo reaccionar.


Es una mezcla de tristeza y curiosidad de ver más de eso, morbo. Gracias a Dios a mí no me entró esa curiosidad y no me envicié. Conozco a otros chicos de mi edad que están metidos en eso”, relata y reconoce que alguna vez volvió a entrar para conseguir un libro que no podía descargar en el internet normal. 

Sergio (16) aprendió la lección de otra manera. Conoció la DW gracias al amigo de su primo, quien accedía a la red desde su teléfono móvil. “Fue un día sábado que llegué a mi casa y ellos estaban navegando ahí. Mientras ellos tomaban yo me quedé jugando con el celular. 

Entré a ver unos videos de ovnis, de Hitler que metía judíos a un horno para cambiarles los ojos, ventas de artículos como una lámpara hecha con piel de judío, decapitaciones y cosas así. Me acuerdo que esa noche no pude dormir por todas las cosas que vi”, recuerda. Después de aquel día junto a su amigo siguió navegando a través de su celular y así fue avanzando hasta que llegó al nivel 3. Cuando ingresaban a DW se aseguraban de cerrar su Facebook y la aplicación de ubicación del teléfono para que su identidad no estuviera expuesta. Sin embargo, lo que comenzó como un juego terminó con un susto. 

Después de un tiempo, el amigo de Sergio, quien no quiso comentar sobre el tema, recibió una carta en su domicilio dirigida a su nombre en la que le pedían que dejara de entrar a las páginas de Deep Web. Sin embargo, ellos no lo tomaron en serio y volvieron a navegar y mirar videos. Al día siguiente el teléfono le fue robado. Sea o no casualidad el robo del aparato, ese fue el punto en el que Sergio decidió retirarse de la Deep Web. “Me dio miedo y dejé de entrar. Me di cuenta de que no es un juego, que es algo serio y que como todas las cosas que uno hace tiene consecuencias. 

Es un lugar peligroso y oscuro”, reflexiona. Sin embargo, Sergio cuenta que este año navegar en la web profunda se puso de moda en su colegio y sus compañeros entraban a las páginas y compartían sus contenidos. “Ahora, la mayoría no entra a la DW, pero hay grupos de Whatsapp y Facebook en los que se comparten contenidos violentos que se sacan de la red y el que no comparte es eliminado del grupo”, explicó Sergio.

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